Hoy en día, con la era de la nueva era de la comunicación en la que estamos absolutamente inmersos, no tener teléfono móvil es como ser un "bicho raro". Es por ello, que la telefonía móvil se ha convertido en toda una revolución de la que todos y cada uno de nosotros, formamos parte. Prácticamente todas nuestras actividades, si no están sujetas al uso del teléfono móvil, poco le falta. Tanto es así, que es casi inimaginable concebir la nueva sociedad de la informarción-comunicación sin el uso de estos aparatos.
Se trata, sin duda, de una revolución generacional. Carro al que la gente se sube con más facilidad y desde edades cada vez más tempranas. En sus inicios, estos aparatos tenían forma de "ladrillo" (término al que acudimos si echamos la vista atrás). Comenzaron teniendo una utilidad bastante básica para los usos que de ellos ahora conocemos. Tenían forma de lo que, en la actualidad (y me atrevería a asegurar que ya "ni eso") conocemos como teléfonos inalámbricos domésticos. Su uso estaba destinado a enviar y recibir llamadas y, un poco más tarde, al envío y recepción de lo que ha dado en llamarse mensajes de texto cortos. Y es que, en estos inicios, aquéllos que poseían un aparato con semejantes características, era síntoma de buena posición social. Casi, casi como aquellos que, en sus inicios, adquirieron los primeros televisores. El móvil a pilas recargables, sin duda, era todo un festival.
La revolución en las comunicaciones ha supuesto todo un cambio generacional como mencionaba anteriormente. Ahora, son más los que disponen de móvil y cada vez desde más temprana edad. Prueba de ello es que existen móviles que los más pequeños pueden usar, con formas y contenidos dirigidos a ellos y que, incluso, pueden hacer que los padres restrinjan sus llamadas y hacer que esos móviles estén destinados a los fines que a ellos les interese. De tal modo que no puedan enviar mensajes de texto con facilidad y también que las llamadas que realicen estén dirigidas a los terminales de sus progenitores.
No cediéndonos al uso que los más pequeños puedan hacer de los móviles (que ya supone todo un cambio) es preciso hablar del móvil como herramienta. Con más facilidad esta herramienta se queda obsoleta. Los móviles tiene fecha de caducidad, puesto que la competitividad entre las grandes marcas fabricantes camina a gran velocidad. Tanto es así, que el móvil más flamante a fecha de hoy, dentro de unas semanas habrá quedado obsoleto porque en el mercado se lanzará otro con mejor diseño y con más prestaciones: son algo parecidos a los coches o los ordenadores.
Permítanme decirlo, pero creo que llegará el día en que los móviles batirán claras o precalentarán la comida a modo de microondas. Vienen equipados con todo tipo de detalles: diseño atractivo, manejable. Complementos adicionales como el famoso 3G, música, vídeo, acceso a Internet, etc. Es por ello que los terminales móviles vienen equipados con todo tipo de complementos, haciéndo de un aparato, un compendio de otros tres: reproductores de mp3 y mp4, cámara y móvil.
La revolución en el mercado está siendo el famoso
iphone de Apple, que se ha creado como un móvil al alcance de muy pocos, al cual le están saliendo competidores bastante parecidos y que ofertan los mismos usos. ¿Cuál es la valoración de todo esto? Que la sociedad en la que estamos inmersos apuesta por las nuevas tecnologías de la comunicación, generando, a su vez, una dependencia de las mismas. A nadie se le hace extraño ver por la calle a gente que parece que habla sola (llevan en sus oídos el "pinganillo" que les permite hablar sin necesidad de llevarse el móvil a la oreja) o ver cómo el resto va ausente de lo que pasa en el mundo por ir escuchando su música favorita.
Y es que el uso de Internet vía móvil era usando, en sus incios por los empresarios, pero ahora cuaquier tipo de usuario accede a la Red de redes de manera continua. De esta manera hacemos de nuestros ratos de espera el mejor momento para concertarse a la red y estar al tanto de lo que sucede desde cualquier punto. El teléfono móvil ha roto, en cierto sentido, la barrera espacio-temporal, adquiriéndose nuevas formas de comunicación.
